miércoles, 10 de febrero de 2010

El Carnaval de las Almas




Auténtica rareza de los años 60 convertida en película de culto años después. A día de hoy se emite cada año en programas especiales en la fiesta de Halloween. Se realizó con un presupuesto ínfimo. Su director, Herk Harvey, se dedicaba a realizar documentales y spots publicitarios para una compañía. Un día iba conduciendo y de repente encontró a un lado de la carretera un antiguo balneario abandonado. Paró su coche e investigó el lugar. Una estructura gigantesca con motivos arabescos, que había servido también como gran salón de baile y como parque de atracciones. La historia del lugar está marcada por las catástrofes, habiéndose incendiado en dos ocasiones.
Harvey decidió filmar una película que tuviera como centro argumental este edificio.




Una película con un diseño de guión bastante elemental y con algunas de sus escenas un tanto innecesarias. Y aún así, con una fotografía primitiva pero preciosa, llena de planos sugerentes.
Lo mejor del film es la atmósfera conseguida, la ambigüedad entre la realidad y la ensoñación, las escenas en las que aparece el parque de atracciones, las secuencias en las que ella (Candace Hilligoss) interpreta piezas enigmáticas en un órgano de iglesia. Ella es la perfecta mujer hichtcockiana, con una enorme capacidad para hacer que su rostro sea un reflejo de lo que le rodea y de lo que siente. Y su rechazo a los demás me recuerda a "Repulsión" de Polanski.


Desde que comienza la película me encuentro con una obra atípica. Una obra con personalidad propia en su contexto. Realizada con poco presupuesto y mucha imaginación. Con unas secuencias de terror que preceden a lo que hicieron después directores como Romero y Lynch. Con una música enigmática y con un viejo parque de atracciones como leit motiv.




El Carnaval es un hallazgo y una joya del cine de terror