Pues vaya sorpresa la que me he llevado con este disco. Conocía a Keith Jarrett por un directo con su trio de jazz (Jarrett/DeJohnette/Peacock), por lo tanto ya me habían sorprendido sus excentricidades abordando un piano, esos ruiditos característicos convertidos en quasi-aullidos al atacar fraseos complejos, a esto se añade una galeria de gestos esquizos más propios de una persona con problemas intestinales.
Sin más guasas, es este el disco más vendido de Jarrett. De más de una hora de duración. Pura belleza musical, natural, original, improvisada. Es curioso las reacciones que provocan en la persona de Jarret las propias melodias improvisadas; para el que lo escucha es una gozada compartir tal creación.
"El concierto estuvo al borde de la cancelación, pues Jarrett se había sentido indispuesto y el piano que él había pedido no había llegado a tiempo. No le convencían las notas más altas ni las más bajas del instrumento, pero aún así construyo una improvisación partiendo de cero, por así decirlo, alrededor de las teclas medias".
Una obra de arte de la improvisación:
Keith Jarrett - The Koln Concert
